Han pasado 15 días desde que llegué y mi percepción del país
no ha cambiado mucho.


Salimos de polodnaura al día
siguiente de llegar, asqueados por la cantidad de mosquitos que había. Salimos
relativamente pronto por la mañana, 8.30 y nos dirigimos a Nuwara Eliya. Había
un autobús que iba directo pero lo perdimos por 20 minutos. Cogimos un autobús
… de los de aquí, de esos de cuando la guerra. Debíamos llegar a eso de las 12
si no recuerdo mal. Ibamos con nuestros mochilones encima con la puerta abierta
de la parte trasera del autobús. El aire no paraba de darme directamente, no
tuve mucho frío pero si que fui notando que algo no iba bien. Los contratiempos
del viaje hicieron que tuviéramos que bajarnos de ese autobús y esperar otro.
Pero nos equivocamos y cogimos el primero que pasó. Resultó ser de recorridos
cortos y hacia paradas casa 200 mts y encima coincidió con la salida de los
colegios. Había cientos de miles de millones de niños en las calles, todos
vestidos de blanco. Aquí no tienen ningún problema ni de natalidad ni de
jubilación seguro. Pero no quiero imaginarme dentro de una generación donde van
a colocarse todas estas criaturitas, no solo a nivel laboral, que me preocupa
menos porque esto está en plena reconstrucción. El problema que veo es la
cantidad de selva virgen que van a tener que arrasar para poder hacer construir
sus casitas. En fin, nosotros hicimos lo mismo.
Como os iba contando, resulta que
estuvimos obligados a cambiar de nuevo de autobús ( sino no llegábamos a Kandy
ni en un millon de años) en un pueblo bastante musulman. Hubo suerte y el que
cogimos no hacía muchas paradas y pudimos recorrer los últimos 20kms en una
hora. Esta viene a ser más o menos la media tanto si vas en autobús como si vas
en tren.
Cuando llegamos a Kandy supimos
que no había más trenes hacia Nuwara Eliya hasta el día siguiente así que
decidimos coger un minivan. En ese momento yo ya tendría que tener algo de
fiebre. Así que cuando nos dijeron 2000 rps acepté sin pensar. Quería salir de
esa estación putrefacta donde nos sirvieron un rice and curry en el que te
encontrabas cositas duras raras en la boca las cuales no teníamos mucha
intención de saber que era. Solo buscábamos calorías para continuar el viaje.
Menos mal que cuando nos dieron
el ticket del minivan nos dimos cuenta de que el precio eran 220 por cabeza.
Animalicos!!! Nos querían volver a timar, pero eso sí, dándonos junto con el
ticket el precio real. Pues yo no soy tonto!!! Se lo dijimos y el tío tan
normal nos devolvió el dinero.
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Despertar en Nuwara Eliya |
60 kms nos separaban de Nuwara
Eliya. Hechad cuentas, a 20kms de media por hora, eso supuso llegar 3 horas después.
Recorrimos esta distancia con el aire acondicionado atope, un recorrido
tortuoso de subida por la montaña de paisajes espectaculares de selva y de
campos de té con el plus de descargas de adrenalina cada vez que veiamos al
piloto adelantar por raya continua.
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Pateo campos de té |
Llegamos por fin, y nos
dispusimos a buscar alojamiento. Como buen turista, vamos muy seguros con
nuestra guía del viajero, en donde no hay ni un solo teléfono al que puedas
llamar para reservar alojamiento (para evitar quedarte tirado sin habitación
una vez llegado al destino) porque ninguno viene con el prefijo del lugar. Vete
a preguntar por aquí y explícales que necesitas el prefijo de esa o aquella
zona.

Así que nos arriesgamos y nos
fuimos a una guesthouse que daban alojamiento por un precio asequible. El sitio
era espectacular, una casita de maderita, con su chimenea, con su cristalera y
sus plantitas tipo parque jurásico alrededor. Evidentemente eso no costaría lo
que ponía en la guía ni es sueños. Y es que nuestra guía es de 2012, pero da la
impresión de que quienes la escribieron quisieron terminar pronto con el viaje
y dejar las cosas a mitad. La calidad en cuanto a uso práctico y veracidad de
la guía de la Lonely Planet de Tailandia comparado con la de Sri Lanka está a
años luz.
Voy a dejar de escribir porque
hay tormentón por aquí y me da miedo que por estos lares no haya un pararrayos
y me coma alguno de ellos.
Me iba a disponer a arreglar mi
tabla de surf pero me falta el papel de lija y un buen cutter. Así que me
arriesgaré con la tormenta y seguiré escribiendo porque aún me quedan por
contar muchos días por aquí.
Volviendo a la búsqueda de la
guesthouse, nuestras predicciones fueron correctas, y dormir ahí no costaba la noche 1500 sino 3500 rps, y
encima no había sitio. Menos mal que aquí todo el mundo es familia y todo el
mundo se conoce porque el chico de esta guesthouse nos consiguió una habitación
en otro sitio, que pertenecía a un familiar, por 3000 la noche en una
habitación con vistas a una tapia… muy bonita.

En cuando depositamos las cosas
me miré la temperatura la cual ascendía a 38.2C gracias a la puerta abierta del
autobús y al aire acondicionado del minivan de ese día, así que la tapia
tampoco me importó mucho ya que no veía dos palmos por delante de mis narices.
Menos mal que en esta habitación había dos mandas gordas gordas como las de
casa porque estaba muerta de frio.

Os preguntareis cómo es posible
que en una guesthouse en sri Lanka haya no una manta sino dos. Aquí en las
zonas montañosas por la noche desciende mucho la temperatura hasta el punto de
tener que ponerse sudadera y zapatillas.
A la mañana siguiente pudimos ver
(y no a través de la tapia) que estábamos en un sitio espectacular en medio de
las montañas rodeados de plantaciones de té. Vease la foto. Nuwara Eliya merece
la pena pese a su mal acceso.
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Autobuses Cingaleses |
Cogí mi fiebre de mochila y
fuimos a hacer un treikking por esos campos. El paseo mereció la pena pero no
tenia papel para los moquetes. No tuve más opción que quitármelos con las hojas
del té que arrancaba de las plantas. No tiene desperdicio acabar haciendo esto
porque además luego te deja el olor agradable del té.
Y todos queremos una foto típica
de aquí porque queda muy bien en nuestro álbum de fotos, las mujeres recogiendo
las hojas de té una por una. Algunas se aprovechan de ello y en cuanto te
acercas cámara en mano te piden dinero para sacarlas recolectando las su so
dichas hojas.

A primera hora del día siguiente
nos fuimos de Nuwara Eliya ya que sabíamos que nos deparaba un largo viaje
hasta el sur, pasando por Colombo hasta la playa. A las 8.20 salía el bus a una
velocidad insospechada montaña hacia abajo, poniendo en nuestro conocimiento
cada una de las curvas del camino, sin dejarnos dormir por apretar el culete en
cada una de ellas para no invadir el asiento de al lado o acabar en el asiento
de delante. El resultado fueron 3 horas de vómitos para Jorge y dos de
recuperación hasta llegar a Colombo. 5 horas para 120 km, todo un record.
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Estación de tren de Colombo |
Al llegar a Colombo preguntamos a
un tuc tuc que cuanto quedaba para la estación de tren y el muy cabrón nos dijo
dos kilómetros cuando en realidad estábamos a 500 mts. Estoy hasta la polla de
este puto país de timadores.
Dos horas de tren en segunda
clase, sin sentarnos porque no había sitio a 30 C no hizo de este el mejor de los viajes, especialmente cuando
aún vas arrastrando la fiebre por un catarro.
Pero al fin llegamos. Y llegamos
a Hikkadduwa, un pueblo tomado por los guiris de actitudes altaneras y con
aires de superioridad que se mueven por tierras extranjeras como si eso les
perteneciera. No me extraña que los locales nos traten tan mal cuando ven que
los extranjeros se tiran un mes por aquí y son incapaces de decir hola en
cingales. Ahora entiendo que cuando les dices 4 chorradas les cambia la
expresión de la cara.
Estoy escribiendo y por aquí no
para de llover.
Nos alojamos en una guesthouse,
cuyo negocio estaba compartido por un alemán y un local. Se habló el precio,
2000 rps por noche. Era una guesthouse de mariguaneros flipaos que tenían frigorífico
y hervidor común. Esto nos permitió tomar por fin un buen café mañanero aunque
fuera en polvo. Pero después de 6 dias ahí a la hora de pagar, nos pidieron 4000
por noche. Los alemanes teatreros nos joden hasta fuera de nuestro país. Al
final después de un buen disgusto accedimos a pagar un precio medio.
Los días en Hikkaduwa
transcurrieron muy agradables, con desayunito rico con tostadas, bañito de
surf, comida en un local familiar muy acogedor. La comida estaba realmente rica
ahí y a buen precio. Luego con el calor demoledor time siest y luego vuelta al
agua.
El día que llegamos por la tarde
fuimos a la playa a darnos un paseo y pudimos ver Jorge y yo un grupete de
tortuguitas de no más de 15 cms conseguir su primer reto en la vida, llegar
hasta el mar. Fue genial verlas, aleteando súper torpes por la arena hasta que
una ola acercaba el agua hasta ellas. Entonces de forma instintiva olian la
olían y aceleraban la marcha para con la siguiente ola dejarse arrastrar hasta
el mar. No hay fotos que documenten este acontecimiento. Es una pena.
Estos días surfeando de vez en
cuando se podían ver las cabezas de las tortugas aparecer a pocos metros
delante. Jorge dice que las ha visto enteras al lado de su tabla. Y en las rocas
abajo mientras esperas la ola se pueden ver peces parecidos a los ballesta, de
color azul y de buen tamaño.
Soy un poco perra y aun no he
sacado las gafas de bucear. Pero es que desde que llegue estoy muy cansada y el
poco tiempo que no estoy surfeando lo dedico a descansar. Con todo y con eso y después
de la fiebre me ha salido una calentura en la cara que da pánico. Durante 3
dias me saludaba todas las mañanas al despertar.
Aun sigue lloviendo por aquí.
Hoy estoy en Midigama, no Mirigama. Esta mañana dije por error
Mirigama y por poco no me cojo el tren dirección al norte infernal, hacia
Colombo de nuevo.
Jorge se marchó ayer y yo me he venido a una guesthouse que parece muy
familiar en este pueblo que parece muy tranquilo. Aunque el que sea tranquilo
no significa que cuando te ven los conductores de los tuc tuc no te griten Tuc
Tuc, Tuc Tuc, como si nombrándolo de repente fueras a tener la necesidad de
coger uno de ellos. Mira que son pesados, cuando quiera un endemoniado tuc tuc
lo llamaré sencillamente o no?
Por cierto, sabeis esas ardillas tan pequeñas y monas que os venden en
las pajarerías? Aquí está plagado de ellas. También hay murciélagos inmensos o
a lo mejor son batmóviles. La verdad es que acojonan. Acostumbrada a nuestras
ratillas voladoras, la primera vez que vi uno, que fue la noche de mi llegada a
Colombo aluciné. Con las alas abiertas miden fácil 60 cms, y se puede apreciar
todo el contorno de la membrana. Son auténticos vampiros aunque suerte para
nosotros son fructívoros.
Basta por hoy. Voy a ver si puedo conectarme a la wifi y enviar esto.
Bss a todos por ahí.