jueves, 13 de febrero de 2014

Buenos días desde el paraiso!!!



Bueno, se que desde que he llegado me he mantenido una actitud muy crítica de cara al país y a su idiosincrasia pero no es todo tan malo.
A parte de las pulgas de cama… (que si que creo que tengo), las hormigas, y mis inquilinos todo va bien.
La pasada noche tuve que solicitar de urgencia ayuda al Jey (el hombre que mantiene la guesthouse) dos veces:
La primera vez fue porque encontré una mancha negra delante de la puerta de mi habitación. Eran termitas, cientos de ellas, miles. Aquí la madera no tiene una larga vida que se diga, está todo hueco. Jew el cazador con una esterilla de los pies las agitó un poco y problema resuelto, volvieron todas a su sitio, esto es debajo de los tablones del suelo de mi habitación.
Cuando llegué a la habitación cohabitaba con 2 salamandras y una cucaracha. Las salamandras me en cantan, no así las cuquis (como las llama mi hermana). Pero me da penita matarlas. Son tan grandes que parecen perros, y cuando las aplastas casi que puedes ver su cara de angustia, pena y dolor. Casi que las oyes gritar, y seguro que lo hacen.
Así que la segunda vez que tuve que llamar a Jey fue porque cuando volví para lavarme los dientes, precipitadamente de debajo de la estantería salió una cucaracha con aspecto amenazador. En las patas tenía tales garfios que parecía lobezno, y en sus ojos había una mirada intimidatoria. Jey tuvo que volver para invitar a dicho espécimen a abandonar la habitación ya que estaba ya reservada.
Llevo días ya aquí instalada, y mis compañeros de habitación me despiertan por la noche al correterar por la madera.
Este país está lleno de vida, por el momento.
Por las mañanas cuando me levanto a las 6, lo primero que hago es abrir la puerta de mi habitación y hacer Gimnasia Hipopresiva. Es entonces cuando empiezo a ver un auténtico espectáculo.
A lo lejos del jardín veo pasearse arriba y abajo las mangustas. Las petardas aún no me han dejado sacarles una foto.
Sudu, una de las cocineras de la guesthouse también se levanta pronto y la veo llevar el cazo de comida de la gata que le sigue con impaciencia. Cuando se marchan de ahí, las ardillas bajan del cocotero para robar los restos de comida. Las ardillas que hay aquí son las que por desgracia encontramos muchas veces en la pajarería en una jaula de 20 cm. Aquí corretean por todos los lados. Se las ve saltar de un árbol a otro y cuando hay un peligro cercano comienzan a hacer un extraño ruido que al final, después de media hora, te dan ganas de matarlas.
Respecto a los pájaros, pues es que hay cientos de variedades. Así que mi media hora de Hipopresivos se me hace muy amena.
Otros días por el jardín aparecen monos deslizándose por el tronco de los cocoteros y saltando de un árbol a otro.
Este país está lleno de vida, de momento.
Mientras que hacemos surf es raro el día que no vemos la cabeza de una tortuga aparecer por encima del agua y desaparecer tras una ola, o incluso las surfean. Cuando es así, se ve la silueta dibujada en la pared de la ola. Algunas se dejan seguir un poco, a tan solo unos pocos metros.
Otras veces la vida que hay aquí tampoco hace mucha gracia. El mayor peligro para los surfistas por aquí son las bacterias del coral. Las olas que se levantan en las cosas por aquí por Midigama (el pueblo donde me he instalado) son olas de Rif, lo que significa que la onda del mar choca contra las formaciones coralinas y hace levantar la ola. El problema es que muchas veces cuando te caes puedes tener la mala fortuna de poner un pié sobre ello y abrirte heridas.
Entonces por mucho que intentas desinfectártelo aquello empieza a hacer daño, infectarse e hincharse.

Menos mal que aquí la familia Subodinee nos cuida como si fuéramos sus hijos. Jey, El cazador, entonces cambia el fusil por el conocimiento Ayurvédico y nos prepara emplastos de aloe vera con una masa amarilla que rodea con una hoja y te deja con ello toda la noche. Llevo ya una semana con el dedo gordo del pié amarillo aún por el emplasto y tengo otro sobre el pié ahora por otra herida que me hice anteayer. Esto empieza a resultar un poco cansino la verdad.

Siguiendo con el tema de los animales, acabo de recordar que un día entró un Balano de metro y medio en la casa. El pobre se metió en el cuarto de baño y estaba acojonao. Nadie se le acercó mucho. Un mordisco de este bicho tiene que ser mortal por la cantidad de bacterias que tiene que tener en la boca.
Una amiga se despertó con un ratón corriéndole entre los pies, un chico se encontró en la playa con una cobra… en fin, lo normal por aquí.

Un beso a todos desde el paraíso!!!

domingo, 2 de febrero de 2014

Otro dia en Colombo

http://www.youtube.com/watch?v=Mbl-Elax9uo




“Era un día cálido, el más cálido del año hasta la fecha. Los múltiples olores y hedores brotaban como de mil abscesos reventados. El aire estaba inmóvil. Las verduras de los puestos del mercado se marchitaron antes del medio día. La carne y el pescado se pudrieron. El aire pestilente se cernía sobre las callejuelas, incluso el río parecía haber dejado de fluir y apestaba, como estancado. Era igual que el día en que nació Grenouille.” (Patrick Suskind, El perfume).
Dos domingos atrás me enteré a las 10 de la noche que el visado tenía que renovarlo antes de los 8 dias antes de la expiración del visado. Me quedaban pocos días para hacerlo. Elisa, una chica americana iba a viajar al norte al día siguiente e iba a aprovechar la ocasión para renovar el visado, ya que pasaba por Colombo.
Mostrando 2014-01-20 10.28.54.jpgMuy a mí pesar, pero la mejor decisión que pude tomar, fue la de acompañarla. Un chico que se alojaba en la guesthouse, nos avisó del infierno por el que íbamos a pasar. Es más, nos hizo un crokis de todos los pasos que debíamos hacer para conseguir el visado. El mapa, resultó ser una especie de gincana con 4 estaciones en las que debíamos permanecer al menos 1h en cada una de ellas.
Para poder participar en el juego, la primera de las pruebas fue tener que despertarnos a las 5 de la mañana para coger un Tuc Tuc a las 5.30, para ir al pueblo más cercano y coger el tren a las 6.30 camino a Colombo. Esta primera parte la superamos con creces ya que conseguimos sentarnos desde el principio. 3horas de camino bordeando el mar nos esperaban.
Conseguimos llegar al departamento de inmigración a las 10. Y como si de un reloj se tratara 4 horas después, una hora por cada ventanilla y casi 40 Euros logramos nuestro propósito.
Fue una interesante mañana. Encontramos una mujer que vivía en Sri Lanka 6 meses al año. Estuvimos hablando de política. La situación de aquí es bastante más grave que la que sufrimos en España…y eso ya es difícil (hoy me he enterado del 10% que deben pagar los enfermos crónicos por sus medicamentos. Y al final como siempre los familiares de los políticos, no pagarán un duro por ellos, igual que la lista de espera).
Lo que nos contó aquella mujer, lo he ido corroborando. He conocido también a una chica Cingalesa casada con un Francés.
La situación es la siguiente:
1._  Ha habido casos de personas que ha desaparecido sin más.
2._ Cada año, no sé si es la ONU, quien solicita un informe al país para conocer el estado de los prisioneros y de la situación en el norte del país. La guerra terminó en el 2009. Hace ya dos años que el gobierno Cingalés no presenta ningún informe al respecto. Al parecer debajo de las obras que hacen los militares hay suficiente material para hacer un poltergeist.
3._ El presidente tiene plenos poderes jurídicos. Hace dos años hubo elecciones. La mayoría de votos fue para un partido presidido por un militar de guerra con gran honorabilidad. Hizo mucho por el pueblo. Tras los resultados, el entonces ya presidente (el actual) se autoproclamó vencedor y no se pudo hacer nada más. Ahí acabó el “proceso democrático electoral”. Se me ponen los pelos de punta, nosotros ya casi estamos a un paso de eso.
4_ La mujer que encontramos en el departamento de inmigración, tenía miedo cada vez que tenía que renovar el visado ya que existía el riesgo de que se lo negaran si espías le hubieran escuchado en otras ocasiones este tipo de conversaciones.
5._El rey antes de la época de las colonizaciones oficiaba bodas. A día de hoy tanto el cómo el ministro los sigue haciendo como si de reyes o príncipes se trataran.
6._ Una oligarquía ha sido impuesta en este país. Todos los ministros, y no son pocos, son familiares o amigos del presidente. Cuando el presidente se ausenta, es el hijo de veinte pocos años quien toda el mando.
7._ Las fuerzas militares, son utilizadas por los gobernantes para construir grandes y lujosos hoteles para explotación privada de estos. Esto ya me empieza a sonar un poco a España.
8_ El ministro de agricultura, que tiene negocios de plástico con China ha decretado que todos los productos alimenticios frescos, sean transportados en cajas de plástico en vez de las cajas de madera, ecológicas y baratas que los locales fabricaban con leños.
Este país huele a mierda hasta arriba, casi que me siento como en casa.
Lo que no llego a entender es porqué toda esta información no tiene relevancia en los medios de comunicación internacionales. No tienen ningún derecho a autoproclamarse República Democrática.
Los intereses financieros que debe de haber en este país tienen que ser brutales.

Mostrando 2014-01-20 17.45.25.jpgA la vuelta, antes de llegar a la estación de tren para volver a mi pequeño paraíso, pasé por un mercado nauseabundo y 5 minutos después vi un gatito de meses reventado pocos minutos antes en medio de la calle. Detesto Colombo con todas las fuerzas de mi corazón.

jueves, 16 de enero de 2014

De Polonaura a Nuwara Eliya e Hikkaduwa


 Han pasado 15 días desde que llegué y mi percepción del país no ha cambiado mucho.

Salimos de polodnaura al día siguiente de llegar, asqueados por la cantidad de mosquitos que había. Salimos relativamente pronto por la mañana, 8.30 y nos dirigimos a Nuwara Eliya. Había un autobús que iba directo pero lo perdimos por 20 minutos. Cogimos un autobús … de los de aquí, de esos de cuando la guerra. Debíamos llegar a eso de las 12 si no recuerdo mal. Ibamos con nuestros mochilones encima con la puerta abierta de la parte trasera del autobús. El aire no paraba de darme directamente, no tuve mucho frío pero si que fui notando que algo no iba bien. Los contratiempos del viaje hicieron que tuviéramos que bajarnos de ese autobús y esperar otro. Pero nos equivocamos y cogimos el primero que pasó. Resultó ser de recorridos cortos y hacia paradas casa 200 mts y encima coincidió con la salida de los colegios. Había cientos de miles de millones de niños en las calles, todos vestidos de blanco. Aquí no tienen ningún problema ni de natalidad ni de jubilación seguro. Pero no quiero imaginarme dentro de una generación donde van a colocarse todas estas criaturitas, no solo a nivel laboral, que me preocupa menos porque esto está en plena reconstrucción. El problema que veo es la cantidad de selva virgen que van a tener que arrasar para poder hacer construir sus casitas. En fin, nosotros hicimos lo mismo.






Como os iba contando, resulta que estuvimos obligados a cambiar de nuevo de autobús ( sino no llegábamos a Kandy ni en un millon de años) en un pueblo bastante musulman. Hubo suerte y el que cogimos no hacía muchas paradas y pudimos recorrer los últimos 20kms en una hora. Esta viene a ser más o menos la media tanto si vas en autobús como si vas en tren.
Cuando llegamos a Kandy supimos que no había más trenes hacia Nuwara Eliya hasta el día siguiente así que decidimos coger un minivan. En ese momento yo ya tendría que tener algo de fiebre. Así que cuando nos dijeron 2000 rps acepté sin pensar. Quería salir de esa estación putrefacta donde nos sirvieron un rice and curry en el que te encontrabas cositas duras raras en la boca las cuales no teníamos mucha intención de saber que era. Solo buscábamos calorías para continuar el viaje.
Menos mal que cuando nos dieron el ticket del minivan nos dimos cuenta de que el precio eran 220 por cabeza. Animalicos!!! Nos querían volver a timar, pero eso sí, dándonos junto con el ticket el precio real. Pues yo no soy tonto!!! Se lo dijimos y el tío tan normal nos devolvió el dinero.
Despertar en Nuwara Eliya
60 kms nos separaban de Nuwara Eliya. Hechad cuentas, a 20kms de media por hora, eso supuso llegar 3 horas después. Recorrimos esta distancia con el aire acondicionado atope, un recorrido tortuoso de subida por la montaña de paisajes espectaculares de selva y de campos de té con el plus de descargas de adrenalina cada vez que veiamos al piloto adelantar por raya continua.
Pateo campos de té
Llegamos por fin, y nos dispusimos a buscar alojamiento. Como buen turista, vamos muy seguros con nuestra guía del viajero, en donde no hay ni un solo teléfono al que puedas llamar para reservar alojamiento (para evitar quedarte tirado sin habitación una vez llegado al destino) porque ninguno viene con el prefijo del lugar. Vete a preguntar por aquí y explícales que necesitas el prefijo de esa o aquella zona.
Así que nos arriesgamos y nos fuimos a una guesthouse que daban alojamiento por un precio asequible. El sitio era espectacular, una casita de maderita, con su chimenea, con su cristalera y sus plantitas tipo parque jurásico alrededor. Evidentemente eso no costaría lo que ponía en la guía ni es sueños. Y es que nuestra guía es de 2012, pero da la impresión de que quienes la escribieron quisieron terminar pronto con el viaje y dejar las cosas a mitad. La calidad en cuanto a uso práctico y veracidad de la guía de la Lonely Planet de Tailandia comparado con la de Sri Lanka está a años luz.
Voy a dejar de escribir porque hay tormentón por aquí y me da miedo que por estos lares no haya un pararrayos y me coma alguno de ellos.
Me iba a disponer a arreglar mi tabla de surf pero me falta el papel de lija y un buen cutter. Así que me arriesgaré con la tormenta y seguiré escribiendo porque aún me quedan por contar muchos días por aquí.
Volviendo a la búsqueda de la guesthouse, nuestras predicciones fueron correctas, y dormir ahí  no costaba la noche 1500 sino 3500 rps, y encima no había sitio. Menos mal que aquí todo el mundo es familia y todo el mundo se conoce porque el chico de esta guesthouse nos consiguió una habitación en otro sitio, que pertenecía a un familiar, por 3000 la noche en una habitación con vistas a una tapia… muy bonita.
En cuando depositamos las cosas me miré la temperatura la cual ascendía a 38.2C gracias a la puerta abierta del autobús y al aire acondicionado del minivan de ese día, así que la tapia tampoco me importó mucho ya que no veía dos palmos por delante de mis narices. Menos mal que en esta habitación había dos mandas gordas gordas como las de casa porque estaba muerta de frio.
Os preguntareis cómo es posible que en una guesthouse en sri Lanka haya no una manta sino dos. Aquí en las zonas montañosas por la noche desciende mucho la temperatura hasta el punto de tener que ponerse sudadera y zapatillas.
A la mañana siguiente pudimos ver (y no a través de la tapia) que estábamos en un sitio espectacular en medio de las montañas rodeados de plantaciones de té. Vease la foto. Nuwara Eliya merece la pena pese a su mal acceso.
Autobuses Cingaleses
Cogí mi fiebre de mochila y fuimos a hacer un treikking por esos campos. El paseo mereció la pena pero no tenia papel para los moquetes. No tuve más opción que quitármelos con las hojas del té que arrancaba de las plantas. No tiene desperdicio acabar haciendo esto porque además luego te deja el olor agradable del té.
Y todos queremos una foto típica de aquí porque queda muy bien en nuestro álbum de fotos, las mujeres recogiendo las hojas de té una por una. Algunas se aprovechan de ello y en cuanto te acercas cámara en mano te piden dinero para sacarlas recolectando las su so dichas hojas.
 
 
 
 
Aquí no se rompen la cabeza con la basura, viven felices en su ignorancia. Bien por ellos. No tienen problema a la hora de quemar los residuos en el patio de su casa como está pasando ahora. Ecológicamente hay mucho trabajo que hacer por aquí.
A primera hora del día siguiente nos fuimos de Nuwara Eliya ya que sabíamos que nos deparaba un largo viaje hasta el sur, pasando por Colombo hasta la playa. A las 8.20 salía el bus a una velocidad insospechada montaña hacia abajo, poniendo en nuestro conocimiento cada una de las curvas del camino, sin dejarnos dormir por apretar el culete en cada una de ellas para no invadir el asiento de al lado o acabar en el asiento de delante. El resultado fueron 3 horas de vómitos para Jorge y dos de recuperación hasta llegar a Colombo. 5 horas para 120 km, todo un record.
Estación de tren de Colombo
 








Al llegar a Colombo preguntamos a un tuc tuc que cuanto quedaba para la estación de tren y el muy cabrón nos dijo dos kilómetros cuando en realidad estábamos a 500 mts. Estoy hasta la polla de este puto país de timadores.
Dos horas de tren en segunda clase, sin sentarnos porque no había sitio a 30 C no hizo de este  el mejor de los viajes, especialmente cuando aún vas arrastrando la fiebre por un catarro.
Pero al fin llegamos. Y llegamos a Hikkadduwa, un pueblo tomado por los guiris de actitudes altaneras y con aires de superioridad que se mueven por tierras extranjeras como si eso les perteneciera. No me extraña que los locales nos traten tan mal cuando ven que los extranjeros se tiran un mes por aquí y son incapaces de decir hola en cingales. Ahora entiendo que cuando les dices 4 chorradas les cambia la expresión de la cara.
Estoy escribiendo y por aquí no para de llover.
Nos alojamos en una guesthouse, cuyo negocio estaba compartido por un alemán y un local. Se habló el precio, 2000 rps por noche. Era una guesthouse de mariguaneros flipaos que tenían frigorífico y hervidor común. Esto nos permitió tomar por fin un buen café mañanero aunque fuera en polvo. Pero después de 6 dias ahí a la hora de pagar, nos pidieron 4000 por noche. Los alemanes teatreros nos joden hasta fuera de nuestro país. Al final después de un buen disgusto accedimos a pagar un precio medio.
Los días en Hikkaduwa transcurrieron muy agradables, con desayunito rico con tostadas, bañito de surf, comida en un local familiar muy acogedor. La comida estaba realmente rica ahí y a buen precio. Luego con el calor demoledor time siest y luego vuelta al agua.
El día que llegamos por la tarde fuimos a la playa a darnos un paseo y pudimos ver Jorge y yo un grupete de tortuguitas de no más de 15 cms conseguir su primer reto en la vida, llegar hasta el mar. Fue genial verlas, aleteando súper torpes por la arena hasta que una ola acercaba el agua hasta ellas. Entonces de forma instintiva olian la olían y aceleraban la marcha para con la siguiente ola dejarse arrastrar hasta el mar. No hay fotos que documenten este acontecimiento. Es una pena.
Estos días surfeando de vez en cuando se podían ver las cabezas de las tortugas aparecer a pocos metros delante. Jorge dice que las ha visto enteras al lado de su tabla. Y en las rocas abajo mientras esperas la ola se pueden ver peces parecidos a los ballesta, de color azul y de buen tamaño.
Soy un poco perra y aun no he sacado las gafas de bucear. Pero es que desde que llegue estoy muy cansada y el poco tiempo que no estoy surfeando lo dedico a descansar. Con todo y con eso y después de la fiebre me ha salido una calentura en la cara que da pánico. Durante 3 dias me saludaba todas las mañanas al despertar.
Aun sigue lloviendo por aquí.
Hoy estoy en Midigama, no Mirigama. Esta mañana dije por error Mirigama y por poco no me cojo el tren dirección al norte infernal, hacia Colombo de nuevo.
Jorge se marchó ayer y yo me he venido a una guesthouse que parece muy familiar en este pueblo que parece muy tranquilo. Aunque el que sea tranquilo no significa que cuando te ven los conductores de los tuc tuc no te griten Tuc Tuc, Tuc Tuc, como si nombrándolo de repente fueras a tener la necesidad de coger uno de ellos. Mira que son pesados, cuando quiera un endemoniado tuc tuc lo llamaré sencillamente o no?
Por cierto, sabeis esas ardillas tan pequeñas y monas que os venden en las pajarerías? Aquí está plagado de ellas. También hay murciélagos inmensos o a lo mejor son batmóviles. La verdad es que acojonan. Acostumbrada a nuestras ratillas voladoras, la primera vez que vi uno, que fue la noche de mi llegada a Colombo aluciné. Con las alas abiertas miden fácil 60 cms, y se puede apreciar todo el contorno de la membrana. Son auténticos vampiros aunque suerte para nosotros son fructívoros.

Basta por hoy. Voy a ver si puedo conectarme a la wifi y enviar esto.

Bss a todos por ahí.

viernes, 10 de enero de 2014

Entre Kandy y Sigiriya haciendome a los habitantes


De camino a Kandy













Recapitulemos. El último día nos quedamos en Kandi, luego ya han pasado dos días desde entonces.
Kandi es un pueblo que aunque sea de montaña parece una gran ciudad, bastante cultural y todas las edificaciones se encuentran integradas en el paisaje, todas rodeadas de vegetación. Este día podemos decir que dormimos en la mejor guesthouse hasta ahora, en ella nos pidieron una fianza de 500 rps, lo que vienen a ser 2.50 Euros. Más adelante seguiremos hablando sobre este tema.
 










La casita tenía una terracita que daba al río y a la mañana siguiente pudimos ver a las mujeres limpiando la ropa en él. Cuando lo ves parece una imagen muy idílica y romántica que nos evoca tiempos pasados. Pero cuando uno analiza bien lo que vé, resulta ser un montón de agua sucia que cae río abajo y que todo el mundo va reutilizando para dios sabe qué. Y es que mejor no pensarlo mucho porque resulta que ese río seguro que es el que vimos un poco turbio desde el tren el día anterior. Ayer pude ver como uno de los aldeanos que viviría junto a la vía del tren se estaba lavando en él.
Volvemos a lo de la fianza. Esa misma mañana cuando dejamos la habitación se despidieron de nosotros sin más y sin hacer amago de recordar de devolvernos la fianza. Está claro que ese dinero no me sacará de pobre pero con esta historia os quiero mostrar un poco el tipo de gente que vive por aquí. Bárcenas al lado de esta gente casi que parecería un santo. Entonces es cuando me acuerdo de cuál es la razón por la que salí de España y me cago en la leche… siento que haya metido la pata hasta el cuello.

 













 De Kandi subimos en autobuses de cuando la I guerra mundial (ma o meno) hasta Sigiyaa, una ciudad antigua cuya atracción turística es una roca de unos 200 mts de alto.
El autobús despacito despacito fué llegando a su destino. Me río de la línea 10 que va a Principe Pio a las 8 de la mañana.
Por fin llegamos a una guesthouse muy mona, en construcción. Tenían una habitación lista y 4 más en proyecto. Este lugar será espectacular cuando lo terminen. Se encuentra situado junto a unos campos de trigo que se pueden ver a través de unos troncos de palmeras inmensas. Al atardecer los monos van a comer a un árbol que hay a 10 metros de la habitación donde nos alojamos. Es todo un espectáculo.
Nos fuimos a cenar y paramos en el primer sitio que pillamos. El hombre que nos atendió tenía muchas ganas de conversar y mientras que yo degustaba la primera comida decente desde que llegué ( noodles con sus salsas estupendas) él se dedicaba a mirarnos inquieto esperando la ocasión para entablar conversación. Así que empezamos a hablar y acabó por darme el teléfono de su sobrino que trabaja en el restaurante de un gran hotel en Golg, una ciudad del sur. Aparentemente yá tengo mi primer contacto. El hombre resultó ser una persona encantadora y por fín me sentí a gusto en este lugar.

Hoy fuimos a visitar los restos de la ciudad de Sigiya sobre la gran piedra, que por cierto no creo que se pueda escalar muy bien. Hoy hacia mucha humedad, de hecho llovió y con la temperatura se hacía poco agradable el tacto con la piedra. En jerga de escalador esto vendría a describirse como que “la piedra babeaba”.



La cuidad es curiosa, con unos accesos acondicionados para los turistas pero que según se puede apreciar en la roca, los antiguos agarres y escaleras de la roca tallados en ella harían de cualquier habitante de esa ciudad un auténtico escalador.
Y desde arriba las vistas son increíbles. Miles de kilómetros de tierras cubiertas por miles de árboles tropicales.






                      Elefante hasta las pelotas de dar paseitos a los guiris que               se  tambalean arriba con cara de babuinos. 
         
                                  



La sorpresa vino por la tarde. Jorge y yo estábamos ilusionados porque íbamos a visitar un safari. El dueño de la guesthouse donde estábamos alojados nos lo vendió muy bien y a buen precio (aparentemente) y por eso nos animamos. Recorrimos en camioneta 45 min por carreteras en medio de la selva para acabar en la puerta del safari rechazando comprar los tickets de entrada que el chico “se olvidó” comentarnos que teníamos que pagar por entrar, aparte de lo que ya pagamos. Empiezo a pensar que la mayoría de los habitantes de por aquí van un poco de ese palo y estoy hasta las narices.
El guía del safari al que no entramos al sentirse un poco mal por lo ocurrido nos llevó a otra reserva donde no era necesaria la compra de ninguna entrada. La fotografía de la izquierda (con el mayor zoom que teníamos) documenta lo que vimos.

Hemos acabado finalmente en el pueblo de Polonnawura, perdido de la mano de dios con más mosquitos que habitantes en china, parecen porta aviones. Además creo que por aquí el dengue es un poco frecuente. En este pueblo de mala muerte aún tienen la cara de presentarnos un menú en ingles con los correspondientes precios para turistas. Y pasa igual con todo, tanto en las ruinas de Sirigilya como en el safari, tenemos derecho a precios diferentes. No me extraña nada que este país esté en alza ya que los raudales de billetes que entran aquí por los extranjeros son incontables. Hemos podido ver por todas las carreteras unas casitas preciosas en el campo con sus colores, plantitas y gallinitas que a más de uno nos gustaría tener ahí en españa. Aqui la población no parece que pasen calamidades como en nuestra españa de hoy (me cuesta escribir por el momento españa con mayuscula, no se lo merece).
En fin, es todo por hoy. Espero poder contar mas agradables la próxima vez.